En palabras del autor: Cambiamos cuando volvemos a DISFRUTAR del amor de Dios. No cuando creemos que Dios nos ama, sino cuando nuestros ojos son abiertos y encontramos un profundo placer en ese amor (Efesios 1:18ss). Este nuevo “degustar” del amor de Dios es lo que la Biblia llama: “volver al primer amor”. Al ser confrontados con la realidad de lo que amamos internamente comenzamos a experimentar una sentida convicción de pecado o, como dice Jesús en Mateo 5:5, vemos nuevamente la realidad de nuestra “pobreza espiritual”. El Espíritu Santo nos abre los ojos para recordarnos que el evangelio (el perdón y el poder de Cristo) es nuestra mayor necesidad para cambiar.
Al mirar la vida de Jonás uno descubre algo tan desconcertante como cierto: es posible obedecer sin cambiar. Es posible hablarle a otros del amor de Dios, sin sentir amor por otros. Sí se puede hacer obras espirituales, sin ser una persona espiritual. Es posible cambiar nuestras acciones externas, sin cambiar nuestros deseos más profundos.
La Biblia nos muestra una y otra vez que «Dios no mira como mira el hombre, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón» (1 Samuel 16:7). Cambiar, desde un punto de vista bíblico, no es simplemente obedecer; cambiar es experimentar una trasformación de nuestros deseos más profundos. Es que cambien nuestros anhelos, nuestros sueños, nuestras ambiciones, nuestras fantasías y nuestras pasiones. Es que cambie lo que disfruta nuestro corazón y, como resultado de este cambio, que cambie nuestra manera de vivir.
¿Cómo cambiamos? Ese es el desafío de este libro. Llevarte a tener un nuevo encuentro con Cristo y su obra. Él, a través del Espíritu, es el único que tiene el poder para hacer lo que nosotros jamás podríamos hacer: cambiar no solo nuestro comportamiento sino aquello que en verdad ama nuestro corazón.
Páginas: 384
Tamaño: 15.2 x 22.8 x 2.7 cm